Pérdidas vs Resiliencia en la vejez
‘‘Alguien alguna vez me preguntó, cómo lograba mantenerme de pie después
de todo lo que he atravesado… Le dije: no importa lo que pasé, soy
SOBREVIVIENTE, no víctima’’
(Anónimo).
La transición demográfica que ha ocurrido de manera un
tanto acelerada, ha traído consecuencias desiguales para un sector específico
de la población: las personas adultas mayores. Ha permanecido de alguna manera,
una visión errónea entre las sociedades occidentales de representar a la vejez
como una etapa de vida caracterizada por la pérdida y el declive, donde dentro
de un mundo consumista y altamente competitivo, las personas mayores son
excluidas de sus entornos familiares y sociales.
Una devaluación sistemática de las personas a causa de la edad,
producto del desarrollo tecnológico, la industrialización y la competencia
económica, coloca a las/los adultos mayores en situaciones adversas que
contribuyen a que no tengan acceso a un empleo formal, educación, a la tendencia
de una jubilación obligatoria una vez llegada la edad estipulada, al decremento
en sus ingresos económicos, a la inexistencia de espacios de entretenimiento, a
la imposibilidad de hacer escuchar su voz y hacer valer sus derechos, a la
exclución, etc.
Estos entornos ayudan a revelar el sentido y la importancia de la resiliencia en la vejez, donde las personas adultas mayores en estos escenarios, a partir de sus habilidades para optimizar y compensar frente a las adversidades, consiguen dar vuelta a sus realidades sociales y obtienen aspectos positivos, consiguiendo así, mejores formas de vivir.
De acuerdo con Rutter (1985, citado en
Badilla, s.f., p.2) ‘‘La resiliencia no debe ser entendida como la animada
negación de las difíciles experiencias de la vida, dolores y cicatrices: es más
bien, la habilidad para seguir adelante a pesar de ello’’.
La resiliencia es un concepto
relacionado estrechamente con el de envejecimiento
con éxito. Indica que las personas han logrado mantener la salud física,
cognitiva y social, y han hecho adaptaciones para conservar su calidad de vida
y bienestar (…) la resiliencia en la vejez puede ser la habilidad para usar los
recursos psicológicos que ayudan a aceptar los cambios psicosociales y físicos.
Las personas con estas habilidades harán uso de sus recursos para involucrarse
en los aspectos y actividades más importantes para ellos y evitarán estados
afectivos negativos como la autocompasión, la ira y la depresión (Jiménez,
2011, p. 59).
Es fundamental tener presente que las personas mayores tienen el control activo sobre sus propios procesos de adaptación; sin embargo, es preciso mencionar que la existencia de factores intrínsecos como la autoeficacia, el sentido de autocontrol, la espiritualidad, el optimismo y el buen humor, favorecen el proceso; sin demeritar aquellos factores extrínsecos como la familia, amigos, vecinos y grupos de apoyo que moderan los efectos adversos de vivencias amenazantes:
Entre los componentes
esenciales de la resiliencia, destacan las estrategias de afrontamiento. Se ha
observado que en la vejez, el afrontamiento puede dirigirse a ajustar o
replantear los objetivos y lo que da sentido a la vida, así como a aceptar los
cambios y sucesos que no se pueden controlar de manera directa. No obstante,
cuando un problema es susceptible de ser resuelto de manera activa y directa,
es conveniente preservar las estrategias conductuales dirigidas a ello (…) el
afrontamiento es un puente entre la resiliencia y el desarrollo (Jiménez, 2011,
p. 59).
Es necesaria una mirada hacia el pasado, un pasado que ha persistido contenido a través de luchas de poder, dominación, exclusión y resistencias, con un sinfín de adaptaciones que hoy se ven reflejadas en la cotidianidad de diversas personas adultas mayores que claman una nueva revisión de su condición y conceptualización social. ‘‘Que durante los quince o veinte últimos años de su vida un hombre no sea más que un desecho es prueba del fracaso de nuestra civilización’’ (Beauvoir, 2011, p. 13).
‘‘Ni invisibles, ni inservibles’’
AUTORA:
Dennise Díaz Pedroza
Gerontóloga.
Co-fundadora
Asociación de Gerontólogos En Pro del Envejecimiento (AGE+).
Maestranda en Estudios Culturales.
Muchas felicidades, resiliencia para superar circunstancias.
ResponderBorrarBuen artículo, con una idea crítica que desnuda otras realidades de nuestra sociedad, lamentablemente ¿Qué no se etiqueta o margina en nuestro país? Expones una de tantas circunstancias que como sociedad esta en nuestras manos cambiar, ojalá este artículo nos lleve a un análisis, reflexión y nos originen acciones para modificar el futuro de nuestra sociedad en todos sus factores y aspectos.
ResponderBorrarH
ResponderBorrarExcelente perspectiva hacia las personas mayores en nuestros tiempo, ahora queda trabajar arduamente para lograr la dignificación y resiliencia. Saludos, Alejandra Cruz del Rosal
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